Factores que afectan a la germaninación.
Existen dos tipos de factores que pueden afectar la germinación. El
primer factor es:
Factores
internos.
Entre los factores internos que
afectan a la germinación estudiaremos la madurez que presentan las
semillas y la viabilidad de estas
Madurez
de las semillas
Decimos
que una semilla es madura cuando ha alcanzado su completo desarrollo
tanto desde el punto de vista morfológico como fisiológico.
La
madurez morfológica se consigue cuando las distintas estructuras de la
semilla han completado su desarrollo, dándose por finalizada cuando el
embrión ha alcanzado su máximo desarrollo. También, se la
relaciona con la deshidratación de los diferentes tejidos que forman
la semilla.
La madurez se suele alcanzar sobre la misma planta, sin embargo, existen
algunas especies que diseminan sus semillas antes de que se alcance. Aunque
la semilla sea morfológicamente madura, muchas de ellas pueden seguir
siendo incapaces de germinar porque necesitan experimentar aún una serie
de transformaciones fisiológicas.
Lo normal es que requieran la
pérdida de sustancias inhibidoras de la germinación o la acumulación de sustancias promotoras. En general,
necesitan reajustes en el equilibrio hormonal de la semilla y/o en la sensibilidad
de sus tejidos para las distintas sustancias activas.
La
madurez fisiológica se alcanza al mismo tiempo que la morfológica, como en la
mayoría de las especies cultivadas; o bien puede haber una diferencia de
semanas, meses y hasta años entre ambas.
Viabilidad
de Semillas
La viabilidad de las semillas es el período de
tiempo durante el cual las semillas conservan su capacidad para germinar. Es un
período variable y depende del tipo de semilla y de las condiciones de
almacenamiento.
El otro factor que afecta a la germinación de la semilla es el:
Factores
externos.
Entre los factores ambientales más
importantes que inciden en el proceso de germinación destacamos: humedad,
temperatura y gases.
Humedad.
La absorción de agua es el primer paso, y
el más importante, que tiene lugar durante la germinación; porque para que la
semilla recupere su metabolismo es necesaria la rehidratación de sus tejidos.
La entrada de agua en el interior de la
semilla se debe exclusivamente a una diferencia de potencial hídrico entre la
semilla y el medio que le rodea. En condiciones normales, este potencial
hídrico es menor en las semillas secas que en el medio exterior. Por ello,
hasta que emerge la radícula, el agua llega al embrión a través de las paredes
celulares de la cubierta seminal; siempre a favor de un gradiente de potencial
hídrico.
Aunque es necesaria el agua para la
rehidratación de las semillas, un exceso de la misma actuaría desfavorablemente
para la germinación, pues dificultaría la llegada de oxígeno al embrión.
Temperatura.
La temperatura es un factor decisivo en el
proceso de la germinación, ya que influye sobre las enzimas que regulan la
velocidad de las reacciones bioquímicas que ocurren en la semilla después de la
rehidratación.
Gases.
La mayor
parte de las semillas requieren para su germinación un medio suficientemente
aireado que permita una adecuada disponibilidad de O2 y CO2.
De esta forma el embrión obtiene la energía imprescindible para mantener sus
actividades metabólicas.

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